Otra Vez Yo
Contexto, muchachos... contexto.
Creo firmemente que para recibir lo que alguien está diciendo (sea lo que sea, lo diga como lo diga) de forma realmente receptiva y comprensiva, hay que conocer el contexto de la persona que está hablando/escribiendo. Es así como vengo a contarles de mí, mi contexto. Si voy a escribir, si me vas a leer, sería bueno darme a conocer. ♥
↳ Mi nombre completo es Ana Lilia Estefanía Flores García y nací un 11 de abril de 1994 en la Ciudad de México (antes conocida como 'el D.F.'). De los 90s sólo recuerdo mi infancia, mi entorno inmediato y a la gente que fue cercana a mí. La gran mayoría me conoce como 'Estefy', pero no me gusta que me digan así porque mi mente tiene ligado ese nombre precisamente a mi infancia. Después, en la secundaria, a alguien se le ocurrió decirme 'Estefa' y me gustó bastante. Ahora, ya sólo los que me conocieron en esa época me siguen diciendo así. Cuando me cambié de escuela regrese a ser dear ol' Estefy por un muy buen rato. Entrando a la universidad, pedí que me llamaran Estef (aunque nunca nadie me había dicho así) y creo que ahora es como más me gusta que me digan. Evidentemente, no he usado ni Ana ni Lilia en estos 26 años de vida, mas que para documentos oficiales.
Hay ciertas cosas que me gustan de mí. Me gusta mi tono de piel, lo sedoso que es mi cabello y la forma de mis orejas y de mis ojos. Me gusta tener pecas que, en realidad, son el producto de 5 años de bronceado intenso por entrenar tenis bajo el sol de las 3 de la tarde. Me encanta mi humor negro (perdón, mamá). Me gusta que he adoptado una actitud un tanto anti-consumista y minimalista, aunque no me podría considerar del todo así. Me gusta que he aprendido a depender de Dios como por muchos años no lo hice. Me gusta mucho la forma en que he aprendido a sobrellevar mis crisis emocionales, mis sentimientos encontrados y confundidos y mis angustias. Dependiendo de Dios y entregándole toda carga pesada.
Lo que no me gusta de mí es que soy muuuy perfeccionista y ordenada. Al querer que todo esté en perfecto orden, como me gusta, me irrito y me desespero cuando no lo está. O me tardo demasiado en completar una tarea porque siempre encuentro algo que no me parece del todo satisfactorio. P.e., empecé a escribir este artículo hace maomeno un año y no lo había publicado porque siempre encontraba alguito que cambiarle, moverle, quitarle o agregarle cada que lo volvía a leer. No me gusta que me encanta hablar mal de la gente que no me cae bien. Lo hago bastante (bien). No me gusta que me da miedo atreverme a hacer muchas cosas que me interesan y que me parecen muy cool. Me auto pongo obstáculos, excusas y pienso demasiado las cosas, de nuevo. No me gusta que lloro muuuy fácilmente por absolutamente todo, pero sobre todo cuando me enojo. Evidentemente hay más cosas que no me gustan de mí, pero por el momento sólo revelaré éstas.
→ Bueno, continuando con mi familia, mi papá se llama José Luis. Su papá también se llamaba José Luis y mi abuelita, Lydia. Mi papá es contador público de profesión y agente de seguros de vocación. Mi papá es muy tranquilo, prudente, trabajador, simpático, demasiado amable, educado y creo que lo que más ama es estar con su familia... y si es compartiendo una buena comida, mejor. Sorprendentemente, cuenta que en la escuela era un bravucón. Puedo decir que después de Dios, estoy segura de que quien más me ama en este mundo es él. También ha procurado siempre darnos lo mejor, y yo sé que mucha gente dice eso, pero enserio hay papás que no lo hacen. Así que agradezco infinitamente por la vida de mi papá.
→ Mi mamá se llama María de los Ángeles; yo le digo 'mamá'. Su infancia, según cuenta, fue bastante difícil. No obstante ha salido adelante gracias a la bendición de Su Padre. A mi edad, en este momento 26, ya se había casado, ya había comprado un departamento y ya tenía una hija. Wow! Ella una vez me dijo que si yo no fuera su hija sería su mejor amiga. Aunque mi mamá tiene un carácter bastante especial, es alguien atrevida y muy valiente. A veces tiene conflicto con la gente, pero creo que es porque, como bien dijo mi hermano, ella expresa lo que piensa y siente abiertamente. Muchas veces a la gente no le gusta lo que piensas. Además, mi mamá es muy decidida y se atreve a hacer las cosas, no como yo... La quiero y la admiro mucho.
→ Mi hermana mayor, Magaly, no comparte papá con mi hermano menor y conmigo. La relación con ella durante mi infancia fue un poco (muy) difícil y distante. Haciendo un recuento de los hechos, creo que el 90% de las veces que lloré cuando niña fue por algo que ella me hizo o me dijo. No la culpo de nada ni le tengo resentimiento porque además es 6 años mayor que yo. Pero creo que en los últimos años ella también se ha dado cuenta de que no soy tan mala como creía. Ahora tal vez no somos las mejores amigas/hermanas, pero creo que nos podemos llevar bastante bien.
→ Por otro lado, José Luis (Jr.) siempre fue mi súper amigo/hermano. Toda la vida estuvimos juntos inventándonos juegos e historias, compartiendo comidas y regaños, viendo las mismas películas 100 veces y repitiendo los diálogos porque ya nos los habíamos aprendido, gritando en el balcón de la casa "¡¡¡Dios te ama!!!" a todo el que pasaba, persiguiéndonos en los pasillos de las tiendas, conociendo y explorando la zona de juegos de los restaurantes, apartándonos de los adultos pero sintiéndonos seguros porque estábamos el uno con el otro, en fin, muchísimas aventuras más. Pero un día, un buen día, la adolescencia me pegó y dejé de jugar con él. En algún punto me lo dijo: "tú cambiaste conmigo". Y, aunque en su momento no lo noté, le creo. Ahora, siendo jóvenes adultos y con nuestras diferentes personalidades muy marcadas, nuestras diferentes formas de ver la vida y enfrentarla y nuestras diferentes ideas, nos llevamos bien y, de pronto, nos queremos mucho.
→ Habrá quienes digan que qué ridícula al nombrar a Myla como parte de la familia, pero si nunca has tenido perro o te rehusas a recibir el amor de una mascota, no puedes opinar. Myla llegó a la casa un diciembre del 2013. Desafortunadamente yo no estaba en casa cuando llegó, así que nunca la conocí cachorrita. Pero eso es lo de menos cuando la conoces, tenga la edad que tenga.
Empecé a jugar tenis cuando tenía 15 años. Realmente pude haber empezado más chica porque mi papá jugó de joven. También empezó a los 15. Esto es algo que por muchos años me frustró y, la verdad, todavía. Igual que con el piano. Empecé a tocar a los 5 años... sí, ¡a los 5!, y decidí no seguir sólo unas semanas antes del examen de cambio de nivel. Para mi infante ser, no tenía sentido que unos puntos en medio o sobre unas rayas significara tocar ciertas teclas en el piano. De eso sí que me arrepiento hasta este día, pero es que no se puede ser/hacer todo en la vida. Mi mamá me inició en la música a una excelente edad y deserté. No sé qué habría pasado si mi papá me hubiera iniciado en el tenis a temprana edad. ¿También habría desertado? No sé y nunca lo sabre, pero ¡qué frustrante! Por eso pienso que hay que mantener a los niños siempre en actividades que los lleven a desarrollar habilidades.
En fin, pasando al ámbito académico, estudié la mayor parte de mi vida en el Colegio Panamericano, alias 'el Pana'. Desde pre-first hasta mitad de segundo de secundaria. Siempre fui de buenas calificaciones y casi siempre estaba en la escolta, hasta que me convertí en adolescente ("A los 13"). Perdón, papá. De esos años hice amigas que tengo hasta este día, Dan y Vale. Pero en especial, hice una amistad muy particular con la que fue mi mejor amiga por mucho tiempo, Chelsea. Nos conocimos cuando ella entró al Pana en segundo de secundaria y a mitad de año yo me salí, o sea, sólo estudiamos juntas medio año. Pero eso bastó para que nos hiciéramos súper amigas al punto que, como dijo su mamá, nos comunicábamos por medio de la risa. Yo creo que esto pasa sólo con algunas personas en la vida. Casi desde el primer momento en que nos empezamos a llevar le tuve muchísima confianza a Chelsea.
Después del Pana, mis papás nos cambiaron a Semilla, la escuela de la iglesia, a petición de J.L. Yo estaba súper en contra de cambiarme de escuela, en gran parte porque no quería tener que dejar a mis amigos y hacer nuevos. El día de hoy, no hay algo que agradezca más en esta vida que ese cambió que experimenté a los 14 años. Aprendí por primera vez a estudiar la Biblia por mi propia cuenta. Creo que lo que dice es verdad, y no por lo que me dijeron en la escuela, o por lo que me dicen en la iglesia, o por lo que la gente dice. Creo en la Palabra de Dios porque yo me he dedicado a leerla, a estudiarla, a meditarla y a memorizarla. Como quien dice, a mí nadie me cuenta. Yo lo he vivido. He vivido una infancia con altas y bajas en mi relación con Dios, muchas veces por la opresión del enemigo. He vivido una adolescencia en la que buscaba alejarme de Dios. Y he vivido un cambio de muerte a vida gracias a que mi corazón entendió el mensaje que Dios nos dejó en Su Palabra.
Curiosamente hice una amiga en el tenis a la que pronto le perdí la pista cuando dejó de entrenar en CPT. Años más tarde me la encontré estudiando la misma carrera que yo. Evidentemente, Pau fue mi amiga más cercana durante mi paso por la Universidad Anáhuac México Norte en donde estudié Lenguas Modernas y Gestión Cultural, que traducido al castellano es idiomas (inglés, francés e italiano) y gestión de la cultura (lo que sea que eso signifique).
Estudié eso porque siempre quise ser maestra, pero al tener una experiencia retadora como tal, me replanteé esta idea y decidí irme por algo afin, no puramente pedagógico. Tuve pocos (5) buenos maestros. Y, por 'buenos', me refiero a que eligieron la profesión de la docencia porque en verdad tienen esa vocación y porque procuran desarrollarla diligentemente. Pero quiero mencionar algo que una maestra una vez dijo que hasta el día de hoy hace eco en mi cabeza: "Lo que yo les enseño es para una de dos, o para que lo aprendan y lo crean, o para que lo aprendan y crean aún más en lo que ya creen." ...Y me gustaría resumir mi paso por la universidad en la segunda opción.
La universidad me enseñó que en lo que creo es la ÚNICA VERDAD ABSOLUTA, sin miedo a decirlo así. Y esta verdad es Cristo Jesús, mi Señor y mi Salvador. Todo lo que yo pienso, todo lo que creo, todo lo que opino... mi perspectiva de vida, vaya, está basada en esta preciosa verdad. Somos pecadores, somos destituidos de la gracia de Dios y condenados por nuestros propios pecados a una eternidad separados de Él, "mas Dios muestra Su amor por nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." *Romanos 5:8
Me encanta cómo escribes. Sencillo, genuino e inspirador.
ResponderBorrarQue vengan más blogs!
¡Muchas gracias!
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