Un choque y una estrella

Me encontraba en el patio del Colegio Panamericano, que en realidad dejó de llamarse así hace ya varios años. Estaba preparándome para atender algún evento de la escuela, cuando de pronto se me acerca Alberto González para avisarme que me habían chocado el coche. Mi adorado Polito estaba estacionado afuera, justo enfrente de la entrada principal de la escuela, cuando se dio la colisión que lo dejó todo destartalado. La parte delantera derecha estaba deshecha, igual que mi corazón al encontrarme con esta desastrosa imagen. Lo primero que hice fue preguntar quién había sido el idiota que había chocado mi Polito, el cual no había cometido ningún crimen más que el de estar estacionado en la calle. Entonces, Alberto me señaló el lugar donde se encontraba el auto causante de la colisión casi completamente sumergido en un socavón del tamaño exacto del auto, como si una mano hubiera agarrado el carro por en medio y lo hubiera elevado solamente para clavarlo de frente en la tierra. “¿Pero cómo así? ¿En qué momento me destroza el frente derecho y luego termina clavado en la tierra cual estaca?”, pensé. Nos acercamos al auto, que era un Stratuss viejo y dorado, y comencé a expresar mis pensamientos con Alberto de una manera que me hizo arrepentirme, y no tardé mucho en arrepentirme. Al preguntarle a Alberto dónde estaban las personas que venían en el auto, me contestó que seguían adentro del auto. En ese momento me sonrojé y el cuerpo se me calentó de pena por todas las cosas que había dicho del conductor, “que qué pendejo, que cómo podía haber hecho semejante estupidez, que en qué estado venía el idiota ése”, en fin. Era evidente que los ocupantes del vehículo estaban en problemas dada la posición del auto, clavado en tierra. Por lo que después de mi vergüenza, le pedí a Alberto, y a otra chica que llevaba ahí parada un rato viendo o escuchando, que les ayudáramos a salir de inmediato. Entonces, comenzamos la labor de rescate. El primero en salir, sin muchas lesiones mas que un labio roto y poca sangre, fue un señor de aproximadamente unos 40 años de edad que usaba lentes y gorra. Cuando salió estaba como pasmado y desconcertado, aunque era evidente que llevaba todo este tiempo queriendo salir del auto. Para mi tranquilidad, parecía no haber escuchado nada de lo que yo había dicho acerca de su persona. Luego luego después de él, salió como del asiento del copiloto una mujer muy delgada de cabello oscuro. En el momento, no imaginé cuál sería la relación entre ellos o qué venían haciendo, pero todo se resolvió cuando el señor se apresuró a meterse en los asientos de atrás para sacar algo… o alguien (?) ¡Eran una familia! El señor traía en sus brazos a un bebé de no más de un año de edad. Cuando salió el bebé, sinceramente yo esperaba que estuviera muerto o al menos muy lesionado. Pero para tranquilidad de todos, el niño no tenía la más mínima señal de trauma. En realidad, toda la familia había tenido como mucho rasguños y uno que otro moretón. Esto nos tranquilizó a todos y cuando por fin pudimos relajarnos, me acerqué a Alberto, que estaba sentado en la banqueta platicando con alguien, para preguntarle por qué no me había dicho que la familia seguía adentro del coche antes de abrir mi grande bocota. Cuando volví a ser consciente de mí, ya nos encontrábamos dentro de la escuela. La familia se estaba bañando y sanando sus heridas, sobretodo psicológicas.  Estando ahí sentada, después de haberme cerciorado de que la familia estaba bien, caí en cuenta de que Alberto en realidad era el guitarrista de una banda medianamente famosa. Esto lo había sabido todo el tiempo, pero no había habido oportunidad para platicar con él al respecto. “¿Qué hacía ahí? ¿Por qué no estaba tocando en algún concierto?”, pensé. En cuanto pude, fui con Alberto para intentar conversar y saber qué onda con él. Como sin saber quién era realmente, le pregunte cómo se llamaba, a lo que contestó que le apodaban “Dvicio”. Yo sabía que esto era absolutamente falso, ya que lo seguía en Instagram y su verdadero apodo era Missis, no Dvicio. Entonces me di cuenta de que solamente había sido muy amable conmigo por lo del choque y por todo el ajetreo de liberar a la familia atrapada. Y ahí fue cuando desperté. ¿A qué evento iba? ¿Qué fue de la familia? ¿Volvería a ver a Alberto? ¿Se arreglaría mi coche? 

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